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HEPATITIS B Y C

El daño hepático es un hallazgo común en la práctica de la medicina, puede ser causado por múltiples enfermedades tales como hepatitis, enfermedades auto-inmunes y desordenes metabólicos, congénitos o adquiridos, o bien por exposición al alcohol, productos químicos y fármacos. Una de las causas más frecuentes de daño hepático es la infección por virus que básicamente infectan el hígado, los denominados a menudo virus hepáticos.El rango de virus responsables es muy amplio pero los de mayor importancia son los virus de la hepatitis A, B, C.

Estos virus se diferencian unos de otros por su morfología, modo de transmisión y propensión para desarrollar infecciones crónicas. El virus A se transmiten vía la ruta oro-fecal y causan hepatitis aguda que muy raramente conlleva complicaciones a largo plazo, mientras que los virus B y C se transmiten por intercambio de fluidos corporales; los principales modos de transmisión incluyen las relaciones sexuales, inyección de drogas ilegales, por transfusión o trasplante, y transmisión madre-hijo (frecuentemente durante el parto), y están asociados al desarrollo de infecciones hepáticas crónicas que pueden, en último término, conducir a cirrosis hepática, cáncer hepático, falla hepática y muerte.Las hepatitis víricas son un importante problema de salud pública que afecta a personas de todas las edades, razas y etnias.

La enfermedad hepática a menudo cursa de manera clínicamente silenciosa hasta fases tardías en su curso. Por esta razón, habitualmente se necesitan las pruebas de laboratorio para el reconocimiento y caracterización del tipo de daño hepático existente. El diagnóstico de laboratorio se basa en la cuantificación, a partir de suero o plasma, de diferentes marcadores serológicos y virológicos que correlacionan con la enfermedad en sus diferentes etapas.

El análisis para este tipo de hepatitis virales combina diferentes disciplinas de la medicina de laboratorio tales como química clínica, inmunología, virología y diagnóstico molecular. Se requieren pruebas serológicas y pruebas basadas en los ácidos nucleicos (NATs del inglés nucleic-acid-basedtests) para documentar la exposición del virus y su presencia y también se usan para monitorizar el tratamiento de los individuos infectados.